El pasado mes de julio falleció el pintor del Maresme Didier Lourenço, de forma repentina, a los 55 años. Lourenço ha sido el autor de una extensa obra en la que, con frecuencia, la bicicleta era la protagonista. “Es el mejor vehículo para desplazarse", expresaba el pintor. "Y aporta a mis cuadros una dimensión distinta del movimiento. Las bicis ejemplifican a la perfección lo que es un viaje agradable”.
Las bicicletas, vehículos hacia la felicidad
Dicen quienes conocen su obra que Lourenço no cuenta historias a través de ella sino que transmite emociones, que expresa sentimientos profundos con sus trazos, reflejando estados anímicos. Quizás sea la manera de plasmar su mundo interior, dejándonos entrever su alma en cada obra.
En sus multitudes urbanas la gente va de aquí a allá sin mirarse; algunos a pie, otros en bicicleta,
hay quien pasea el perro …
“Las mujeres dicen mucho con una sola mirada”
“Al ir andando miras el mundo, pero sobre una bici todo me parece más bonito. Disfruto más el movimiento, el paisaje, la luz. Tiene el encanto del silencio. Y la velocidad de la bici es la mejor para mirar las cosas”.
La mujer, omnipresente en su obra
Se trata de una mujer universal. Para Lourenço, representa a cualquier mujer del mundo, cada una con su personalidad y sus cosas en la cabeza. “Las mujeres son maravillosas, más misteriosas e interesantes que los hombres. Y, es evidente, estéticamente me parecen más atractivas”.
Colores vivos y mensajes de plenitud y libertad
“Los colores que utilizo son cada vez más explosivos y potentes, y últimamente he optado por contar con la omnipresencia de la figura femenina” decía en 2021.
Por eso en muchos de sus cuadros aparecen ciclistas. Ciclistas que se cruzan y se miran, que pedalean por las nubes y que hasta comparten montura.
Ciclistas que, muchas veces, son una: una mujer morena, curiosa y de fuertes y desnudas piernas.
La mujer, omnipresente en su obra
Se trata de una mujer universal. Para Lourenço, representa a cualquier mujer del mundo, cada una con su personalidad y sus cosas en la cabeza. “Las mujeres son maravillosas, más misteriosas e interesantes que los hombres. Y, es evidente, estéticamente me parecen más atractivas”.
Colores vivos y mensajes de plenitud y libertad
“Los colores que utilizo son cada vez más explosivos y potentes, y últimamente he optado por contar con la omnipresencia de la figura femenina” decía en 2021.
Dicen quienes conocen su obra que Lourenço no cuenta historias a través de ella sino que transmite emociones, que expresa sentimientos profundos con sus trazos, reflejando estados anímicos. Quizás sea la manera de plasmar su mundo interior, dejándonos entrever su alma en cada obra.
Sus protagonistas son ubicuas: parecen acompañarnos allá donde miremos, como si habitaran todos los cuadros a la vez. Se multiplican en diferentes escenas, presentes en muchos lugares y situaciones. A veces descansan en un sofá; otras, pedalean suavemente en bicicleta. Pero siempre revelan lo mismo: una plenitud serena. La plenitud cotidiana de quien se entrega al instante, de quien habita con quietud el presente, el aquí y el ahora.
En sus multitudes urbanas la gente va de aquí a allá sin mirarse; algunos a pie, otros en bicicleta,
Son figuras geometrizadas, casi anónimas, como si cada una estuviera sumida en su propio mundo. Van a lo suyo, sin buscar ni ofrecer interacción. Y, sin embargo, la escena no resulta fría, sino extrañamente amable. Hay una cierta ternura en esa coexistencia silenciosa. Poder pasear por la ciudad siguiendo tu propio ritmo, sin someterte al escrutinio constante del entorno -como suele ocurrir en algunos pueblos- es, en sí mismo, un acto de libertad. Una libertad que, en las democracias modernas, encuentra su base en el derecho a la intimidad.
Hay un detalle que no es gratuito en sus obras: entre las multitudes anónimas pasa la chica de Lourenço en bicicleta y nos devuelve la mirada, estableciendo así una conexión íntima, directa. Es un recurso heredado de los maestros renacentistas, que sabían cómo hacer que una figura trascendiera la escena para hablarnos a nosotros. Y frente a esa mirada, no hace falta preguntarse quién es esa joven libre de preocupaciones: lo sabemos sin pensarlo. Somos nosotros. Nosotros, por dentro.
Today is Blue. En óleo sobre tela. Una de mis obras preferidas del pintor. DEP.
Ver todas las obras de Didier Lourenço en su página web o en galerías: la Galería Barnadas, Espai Cavallers, Anquins o Galería Bat.
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