martes, 11 de octubre de 2016

La misteriosa pelota de la Torre Tokio

En Agosto de 2012 se llevaron a cabo, por primera vez desde que se construyó la torre Tokio en 1958, las obras de construcción a gran escala para reemplazar el puesto de la antena en lo más alto de la torre.



Esta bola de baseball se encontró dentro del puesto de la antena, a más de 300 metros de altura (a 306 metros exactamente).

¿Cómo llegó esta misteriosa bola hasta aquí?
Se preguntó a la opinión pública y existen tres teorías:

1. La bola fue golpeada por un jugador de baseball y se deslizó hasta el patio de construcción.
2. Un trabajador de la construcción la puso intencionadamente allí como recuerdo para la posteridad.
3. Se usó como alguna especie de herramienta en la construcción.

Pero la realidad es que a este "cómo" nunca se le ha dado una respuesta oficial, así que ahora a la bola se la conoce como la "mystery ball" de la Tokyo Tower.




domingo, 25 de septiembre de 2016

La historia del A-bomb dome (Hiroshima)

El edificio conocido hoy como el A-bomb Dome (la cúpula de la bomba atómica) en Hiroshima (Japón), es el primer edificio que uno se encuentra si pasea por el Parque Conmemorativo de la Paz, en dirección al Museo Conmemorativo de la Paz.

El parque es precioso, se respira mucha paz. Pero el paseo resulta bastante emotivo, porque a cada paso te vas encontrando con esculturas y textos muy conmovedores e impactantes.

El A-bomb dome se sitúa exactamente en el lugar en el que cayó la bomba atómica (aunque ésta no tocó suelo, explotó a 600 metros de altura de este lugar concreto). En esta maqueta del Museo de la Paz se puede ver una bola roja que señaliza el punto exacto donde la bomba detonó.

Las explicaciones que leeréis a continuación las he traducido directamente de las inscripciones que leí ahí mismo, en el Parque.

El edificio fue diseñado por el arquitecto checo Jan Letzel. Completado en abril de 1915, en realidad era el Salón de Exposiciones Comerciales de la Prefactura de Hiroshima y pronto se convirtió en un querido símbolo de la ciudad con su característica cúpula de color verde.

Mientras sus funciones empresariales incluían prospección comercial, servicios de consultoría y la exposición y venta de productos de la zona, el Salón también se usó para exposiciones de arte, ferias y eventos culturales.

Con el paso de los años se le dieron nuevos usos y se renombró como Salón de Exhibición de Productos (y más tarde Salón de la Promoción Industrial) de la prefactura de Hiroshima. A medida que la guerra se intensificó, la Oficina de Obras Públicas de Chugoku-Shikoku -del Ministerio del Interior-, la Corporación de la Madera de la prefactura de Hiroshima y otras agencias gubernamentales tomaron el control del Salón.

Durante muchos años, las opiniones de la gente acerca de la cúpula estuvieron muy divididas. Algunos pensaban que debía ser preservada como memorial de la bomba, mientras otros creían que debía ser destruida, porque era una estructura peligrosamente dilapidada que evocaba recuerdos muy dolorosos.

Cuando la ciudad se reconstruyó y otros edificios derruidos por la bomba atómica desaparecieron, las voces que clamaban por la opción de preservación se hicieron más fuertes. En 1966, el ayuntamiento de Hiroshima aprobó una resolución para preservar el A-bomb Dome, lo que llevó a una campaña pública de recaudación de fondos para financiar el trabajo de construcción. Llegaron muchas donaciones de todo Japón y del extranjero, acompañadas de deseos para la paz, haciendo realidad el primer proyecto de preservación en 1967. Desde entonces, se han llevado a cabo varios proyectos de preservación para asegurar que la cúpula siempre parezca tal y como debió quedar justo después de caer la bomba.

La historia de Sadako Sasaki

Uno de los lugares más emotivos para visitar en Japón es sin duda Hiroshima. En Japón y seguramente en todo el mundo. Allí se erigen el Parque y el Museo Conmemorativos de la Paz, diseñados por Kenzo Tange y dedicados a la primera ciudad que sufrió un ataque nuclear y a la memoria de todas las víctimas de la bomba. El Parque está construido en una zona arrasada por la bomba que había sido el centro neurálgico de la ciudad y el corazón comercial, político y administrativo de la misma (aquí estaba el ayuntamiento).

Es un parque precioso. En él se respira mucha paz. El recorrido es relajante pero muy emotivo. A cada paso te vas encontrando esculturas y algunas de sus explicaciones son muy conmovedoras.

Una de las esculturas más impactantes del paseo por el Parque, antes de llegar al Museo, es el homenaje a Sadako Sasaki, una niña que tenía dos años cuando cayó la bomba, y que a los doce enfermó de leucemia. Estuvo ingresada en el hospital varios meses y alguien le contó allí la leyenda japonesa de las 1000 grullas de origami. El origami es nuestra papiroflexia, un arte de origen japonés que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas. Y la leyenda dice que si construyes 1000 grullas, los dioses te concederán tu petición o deseo más preciado. Sadako murió a los 12 años, habiendo hecho 644 grullas. 

Sus compañeros de clase, conmocionados, acabaron las 1000 grullas e iniciaron una campaña de recogida de fondos en la que participaron muchísimas escuelas de todo Japón y algunos países extranjeros (9 en total). Querían construir un monumento en memoria de Sadako. La niña en lo alto del monumento sostiene una gran grulla de papel en la cabeza como símbolo de que la paz debería estar siempre presente en nuestras mentes.

La bomba cayó sobre Hiroshima el 6 de Agosto de 1945 y cada 6 de agosto llegan hasta aquí miles de grullas de origami hechas por niños de todo el mundo, acompañadas de deseos para la paz. Dicen que no morimos del todo mientras haya alguien que nos tenga en su recuerdo. De alguna manera, pues, los compañeros de Sadako contribuyeron a cumplir su deseo. Porque con sus actos consiguieron que su historia hoy siga viva y por tanto que su recuerdo perdure para siempre. 

Debajo del monumento hay una campana. La gente hace cola para hacerla sonar. Mi suposición es que tiene algún paralelismo con el repicar de la campana en el budismo, con la que llamas a tu dios para decirle que estás aquí y que has venido a hacerle una plegaria.

El importante simbolismo de la grulla
La grulla en la cultura japonesa es símbolo de muchas cosas: la fortaleza, la paz, la inteligencia, la sabiduría, la alegría, la belleza, la elegancia, la protección de la familia, la buena fortuna, la fidelidad, la lealtad y el honor.

La grulla luce un hermoso plumaje, hace elegantes movimientos, tiene agilidad para luchar en situaciones de peligro y se defensa con mucha fuerza cuando otras aves atacan su nido, por lo que se la considera como un animal protector de la familia y portador de buena fortuna. Otra característica de la grulla japonesa es que elige una pareja y se mantiene con ella toda la vida. Así que también es habitual verla en telas de kimonos matrimoniales y arreglos para ceremonias, como símbolo de fidelidad lealtad. Y por todo esto acostumbran a regalarse en nacimientos, bodas, cuando alguien está enfermo o simplemente cuando quieres a alguien que es importante para ti. Se regala para desear salud, bienestar, prosperidad y felicidad.

También fue inspiración para los samurai, que la utilizaban para ornamentar sus armas y escudos heráldicos, con lo que también se convirtió en símbolo del honor. Además, según algunas leyendas es el pájaro más antiguo de la tierra (hay fósiles con más de 60 millones de años) -tal vez por eso se la asocia también a la sabiduría- y es un ave muy longeva (vive un promedio de 40 años, mucho para un ave). Existe un precioso (aunque triste) cuento japonés, "la grulla agradecida", también lleno de simbolismo sobre la gratitud.

La grulla, pues, es símbolo de todos estos atributos resaltados y está muy presente en las todas las artes japonesas (marciales, literarias, pintura, poesía), que utilizan todos estos simbolismos para inspirarse. También se la conoce como "el ave de la felicidad”, tal vez porque los griegos y los romanos interpretaban su danza como un canto a la alegría y a la celebración de la vida. Y como “el ave de la paz". Seguramente después de la segunda guerra mundial cogió fuerza la figura de la grulla de papel como símbolo de la paz y la esperanza, se dice que Sadako construyó las grullas no sólo con la esperanza de curarse sino también de que no hubiera más guerras y reinase la paz en el mundo.

Todo Japón es puro simbolismo por todas partes. Y aquí, en Hiroshima, esto se nota especialmente. Todo está hecho con tanta delicadeza y es tan bonito y emotivo que es imposible irse de aquí sin que todo esto te deje huella.

Desde el blog, en el que hacía tiempo que no escribía, he querido dejar mi granito de arena y contribuir a esparcir el recuerdo de esta conmovedora historia.