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Una encuesta en la cadena autonómica de televisión daba, hace unos días, mitad y mitad en cuanto a la opinión de la gente sobre si secundaría la huelga general. La mitad de la gente no está de acuerdo con la huelga. Hay varios argumentos, los dos principales son:
- "Ya está la cosa lo bastante difícil como para encima perder un día de trabajo" (ése es el argumento tanto de autónomos como de empleados por cuenta ajena, que pierden el sueldo del día si van a la huelga).
- También está el "ésta no es la manera". La reforma laboral no nos va a sacar de la crisis pero la huelga tampoco nos conduce a nada.
Hay cuatro millones de personas en España que no se puede decir con exactitud que hoy estén de huelga. Simplemente están en el paro, no tienen trabajo. Así que no se yo si éstos están muy de acuerdo con la huelga tampoco.
Después están los que no están de acuerdo pero no irán a su trabajo por miedo a los piquetes. Ya están saliendo por la televisión los típicos piquetes que amenazan a los comerciantes a las puertas de sus locales, los que no han podido abrir porque les habían puesto silicona en la cerradura, los que cortan carreteras y calles quemando neumáticos ... Ya hay una persona ingresada en un hospital con pronóstico grave. Es una mujer que formaba parte de un piquete y ha sido atropellada.
Y con todos estos incidentes, la consellera de trabajo del gobierno catalán ya ha opinado que la huelga está transcurriendo "con normalidad". ¿Con todos estos incidentes? ¿Cómo puede un responsable de gobierno soltar algo así y quedarse tan ancho? Un batacazo más en el estómago de muchos ciudadanos que en las próximas elecciones queremos votar pero no sabemos a quién. Porque, sinceramente, todos desaniman.
Al otro lado los sindicatos, que ya califican la huelga de éxito rotundo. "Los servicios mínimos de transporte se han cumplido pero no hubieran hecho falta. Los trenes iban medio vacíos porque la gente entiende esta huelga y se ha quedado en casa". Es lo que acaba de decir un portavoz de los sindicatos. ¿Cómo se puede ser tan simple? La gran mayoría ha asistido a sus puestos de trabajo pero lo han hecho en transporte privado, precisamente por miedo a que no se cumplieran los servicios mínimos, cosa a la que ya estamos muy acostumbrados cuando los transportes se ponen en huelga.
Y así estamos. Unos en un extremo, otros en otro y los ciudadanos, en medio y sin gustarnos la postura del uno ni la del otro. Como siempre. Ahora, a esperar las consecuencias que va a suponer esta "exitosa huelga general que ha transcurrido con normalidad".